viernes, 3 de mayo de 2013

CAPITULO 2



Mis padres nunca mencionaban el pasado, todo era misterioso , sabía que habían pasado la guerra, pero eso era todo. Una vez mi madre Nietta contó sobre un bombardeo cerca de su casa y como corrió con miedo a buscar a su hermana ,a quién creía muerta .Mientras lo contaba lloraba tanto, estaba tan conmovida ,que en ese instante comprendí por qué no se hablaba del tema. Entonces, naturalmente ya no pregunté más.

Mis hermanos mayores, Pino, Lina, Leo y Miquela comenzaron a trabajar a los pocos días del arribo desde Italia, en la peluquería de Andrea. Donato (mi hermano) hacía líos en el barrio y yo ayudaba a mi mamá e iba a la escuela. La número 24 de Bernal.

Yo estaba destinada a ser "la hija de la vejez ",así le llamaban a la hija más joven: tenía que acompañar a mi madre a todas partes ,hacer las compras ,ayudarla a lavar los platos ,dormir la siesta entre otras cosas. ¡Complacerla! Ese era mi destino.

Por fortuna descubrí a Herman Hesse (filósofo –poeta –psicólogo alemán ) acompañó mi adolescencia, leyéndolo me sentí ,comprendida: ya no estaba sola, alguien pensaba en las mismas cosas y le daba respuestas a los sin sentido de este mundo.

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