viernes, 3 de mayo de 2013

CAPITULO 3

Capítulo 3

 

Carolina Paparella y Alberto Selicorni.

Mi tía Carolina entró con paquetes en la mano y una bolsa negra. Su andar era pausado ,ligeramente inclinado hacia un lado, como si estuviera cansada de andar; con voz dulce , me dijo:"te traje bizcochuelo de regalo, como le llevaba a Nietta, tu mamá."Nos sentamos en el escritorio, encendí el grabador después de asegurarme que no le molestaba, serví agua mineral para las dos y le dije:"Tía, contame ¿cómo es la historia de la familia?¿Quién llegó primero a la Argentina?.

De la bolsa sacó un gran sobre lleno de fotos y un prolijo cuaderno forrado de azúl, lo abrió y empezó a leerme.

" La historia de la familia empieza así: Donato Loprete se casó con Carolina Loconte, que vendría a ser tu bisabuela. De ese matrimonio nacieron dos hijos, Giacomo y Pasqua. Y ya estaba Giovanna, que era hija de un matrimonio anterior de Donato. Giovanna Loprete (Salerno 1885) era medio hermana de Pasqua (Bari,1891).Vino a la Argentina siendo muy joven, una condesa la trajo de Italia como dama de compañía .Vivían en el campo. A Giovanna aquello no le gustó demasiado y, después de un tiempo, se vino sola a la capital. Se dedicó a cuidar a personas mayores. Aquí conoció a Vicente Cardela (Salerno,1885).En la primera guerra mundial, Vicente se había alistado como buzo y esto le provocó una bronquitis que no lo dejó nunca; se retiró del ejército como inválido de guerra. Buscando nuevos horizontes donde poder trabajar como joyero (que es lo que sabía hacer).

Por temor a otra guerra, viajó a la Argentina .Quedó deslumbrado ante la elegancia de Giovanna y le propone matrimonio:"Nos vamos a casar en Italia, le dijo. Ya en Italia, Giovanna y Vicente intentaron localizar a Pasqua (su medio hermana),

le escribieron a una vieja dirección que tenían. Los Paparella ya no vivían allí, se habían mudado. Pero el cartero, que los conocía(o el destino),le llevó la carta hasta el nuevo domicilio.

Así se reencuentran y comienzan a escribirse Pasqua y Giovanna. En una de esas cartas, Pasqua habla de los cinco hijos que tiene y le cuenta que está embarazada nuevamente; Giovanna le dice que no puede tener hijos y que desea tener uno a su cuidado en Salerno (Italia),donde estaban viviendo con Vicente.

Después de varias cartas, Giovanna viaja a Bari a visitar a su hermana y a conocer a sus hijos. Le pide que le deje a Carolina, que entonces tenía poco más de un año."

Pasqua ,como buena administradora de la casa y madraza por naturaleza, seguramente pensó que Carolina tendría un mejor pasar con su tía debido a que ésta ansiaba tener una hija. Vicente era respetado y gozaba de buena posición económica. Además, podía visitarla periódicamente; el viaje de Bari a Salerno era de seis horas de tren. El sueldo de su marido, el buen Giusseppe ,que era camarero, no alcanzaba para tantas bocas. No obstante eso ,él no perdía su alegría y buen humor. Cantando les decía en broma a los chicos: pero ustedes que quieren? quieren bailar o comer?.

Seguramente ,sí seguramente todo esto hizo que Pasqua entregara a Carolina.

Un tiempo después, Vicente quiso darle el apellido a la niña, con quién estaba encantado ( a pesar de que su sueño había sido tener un varón).Pasqua rechazó el pedido.

Dos años más tarde, Vicente deseó volver a la Argentina a intentar fortuna, confiando en que aquí tendría posibilidad de trabajo y paz. Europa estaba todavía revuelta en la postguerra. Preguntaron a Carolina si quería ir con ellos y la pequeña que se había acostumbrado a sus tíos, a los que consideraba padres, respondió que sí.

Pasqua y toda la familia se opusieron a que se la llevaran, pero ya era tarde; una inspectora estatal la había visitado preguntándole si deseaba viajar con sus tíos y la niña volvió a contestar que sí.

Los papeles estaban es regla; Vicente, Giovanna y Carolina partieron para Buenos Aires.

 

Carolina tenía cuatro años y se sentía segura con sus padres a los que así consideraba y consideró hasta que, a los siete años ,en la escuela (en Uruguay) la llamaron Carolina Cardella ,apellido que no era el de su documento .A partir de ese momento, tras inocentes averiguaciones y con la fuerza que puja de la sangre ,afirmó ante sí misma y los demás "Yo soy Carolina Paparella " ,recuperando la identidad que no había perdido, a pesar de las dudas. Tenía apenas seis o siete años. Carolina nació el 17 de enero de 1926 en Bari, Italia. Era la quinta hija de Pasqua Loprete y Giusseppe Paparella; ya habían nacido Zizina, Cayetano, Donato y Giacomo; después se sumaron Andrea y Rosetta.

Tía Carolina no sabía que ella oficiaría de nexo entre estos dos mundos, no sospechaba que sería el eslabón que provocaría la emigración de toda la familia Paparella a la Argentina.

Esa tarde, después de nuestro encuentro, comprendí la importancia que había tenido ella en nuestras vidas. Fue el primer ladrillo sobre el que se fueron colocando otros, uno a uno, despaciosamente y con buena soldadura, como se construyen las buenas casas.

Esa tarde ,lo más ordenadamente que pudo, fue contándome de dónde habíamos salido y de qué manera se habían entrelazado nuestros antepasados, dejándome casi un siglo de historias y una confusa repetición de nombres en la cabeza.

Vidas complejas, sacrificadas, sufridas. Vidas que buscaban afanosamente un lugar de trabajo y posibilidades de prosperar. Vidas que huían de la guerra y su constante amenaza. Vidas que se distanciaban y el amor volvía a unir .Vidas de idas y venidas. Vida de perros, a veces. Vida de ilusiones. Vidas llenas de amores y muertes ,muertes y resurrecciones. Vida de inmigrantes al fin.

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